Entonces, llegó, repentinamente como tu, ese sentimiento. Y esta ausencia de sensatez decidió recobrar vida y mostrarse, sin embargo, lo hizo con una cara distinta. Desearte cerca y conmigo, desearte a ti, a los besos que mi alma recibía. Desear la lentitud apasionada. Salir de la superficie del miedo, respirar nuevamente y anhelarnos, construirnos. Vivir ese para siempre con fecha límite que marque nuestra trayectoria. Convertirnos en quienes estamos destinados a ser, hacerlo mediante nosotros y lograrlo de manera individual, quizá. Dejar de crear situaciones futuras inexistentes, enterrar los hubieras: aquí y ahora, solamente. Porque aun te quiero y aun no estoy lista para perderte. Porque puedo amarte por muchas razones pero quizá la mas profunda es la ausencia de sensatez.